Hanoi, capital de Vietnam, se encuentra al norte del país. Fue nuestro campamento base y sitio de conexión para viajar al resto de Vietnam y a Laos.
Compré el vuelo de Madrid a Hanoi con escala en Helsinki y allí pasamos los dos primeros días del viaje y algunos más entre medias. El primer día fue duro, por la paliza del viaje y el mogollón de motos, gente y ruido a la que nos vimos sometidos de golpe, pero la primera impresión fue buena. Veníamos de Madrid, acostumbrados al estrés y al tráfico y una vez superado el jet lag nos encantó. Curiosamente, cada vez que volvíamos de otros sitios; Hoi An, Sapa o del relax de Luang Prabang, se nos hacía más caótica la ciudad y la última noche ya me resultaban insoportables los conductores de bici-carro que te persiguen para llevarte a algún lado de la ciudad. Lo bueno es que cada vez se nos daba mejor cruzar las calles, sobretodo las más difíciles, las de la zona en la que nos alojábamos; el Old Quarter. Al final optamos por cruzar despacio, con seguridad, sin inmutarnos y casi sin mirar, claro que aunque a nosotros nos sirvió para no sufrir mientras cruzábamos, este método no te libra de ser atropellado.
De todas las cosas que ver en Hanoi vimos las imprescindibles los primeros días y dejamos el resto para los otros días que nos quedamos en Hanoi.
La primera visita fue al lago Hoan Kiem, la traducción de su nombre; el Lago de la Espada Restituida, proviene de una leyenda vietnamita que cuenta como en el siglo XV una tortuga le entregó al rey una espada mágica con la que vencería a los invasores chinos siempre y cuando la espada fuese devuelta a la tortuga.
Como recuerdo de la leyenda, se levanta en medio del lago un islote donde se encuentra la Pagoda de la Tortuga.
En el lago Hoan Kiem también se encuentra el Templo de la Montaña de Jade (Ngoc Son), a la que se accede por el célebre Puente del Sol Naciente y que fue erigido durante el siglo XVIII. Dentro del templo se puede ver una enorme tortuga disecada hallada en el lago y según se cree fue quien le entregó la espada al emperador.
Desde el lago caminamos hasta El Templo de la Literatura, pasando por la Catedral de San Jose, del siglo XIX, que a mi me recordó a Notre Dame en miniatura.
Hicimos parada también en un restaurante llamado Koto donde comimos estupendamente.
El Templo de la Literatura fue fundado en el siglo XI dedicado al culto de Confucio, convirtiéndose más tarde en la primera Universidad del país dedicada a la formación de mandarines según las normas del confucionismo.
Otra de las cosas que no quisimos perdernos y que no nos defraudó fue ir al Teatro a ver un espectáculo de marionetas acuáticas.
Dejamos para los últimos días el mausoleo de Ho Chi Minh, el jardín botánico y el museo-cárcel de Hoa Lo, conocida por el Hilton, por el nombre que le pusieron los pilotos esdaunidenses encarcelados a finales de los años 60.
Pasear por el Barrio Viejo se convirtió en costumbre los días que estuvimos en Hanoi. Se encuentra al sur del lago Hoan Kiem y se trata de un laberinto de comercios. Antiguamente las calles llevaban el nombre de la actividad comercial que se desarrollaba en ella. Siguiendo la tradición, las calles de los Joyeros, del Papel o de la Seda siguen teniendo tiendas.
Aparte de pasear por el Barrio Antiguo y ver su ambientillo, merece la pena visitar el Templo de Bach Ma y el Mercado de Dong Xuang.
Es muy entretenido ir a la zona trasera del mercado donde descargan la mercancía y ver como motos y bicis se cargan de todo tipo de cosas.
Por la noche, descubrimos una calle; Ta Hien, donde tomarnos unas cervecitas. Buen ambiente y buenos precios.
Consejo: Te recomendamos este free tour por Hanoi. Es GRATIS, y solo tendrás que dar el dinero al guía que consideres en función de tu satisfacción.
En pleno centro del Barrio Antiguo reservamos varias noches en el hotel Art Trendy que fue como nuestra segunda casa. Cada vez que llegábamos nos trataban genial, siempre preocupados por nosotros y por agradar. Cuando viajamos a Sapa nos acompañó un chico del hotel no solo hasta la estación de trenes, si no hasta nuestro vagón. Cuando volvimos, allí estaba, esperándonos en el anden a las 6:00 am con un paraguas gigante bajo una típica lluvia de monzón.
Cerca del hotel hay un par de restaurantes en los que se come bien y a buen precio, se llaman Gecko y Greet. Un sitio más selecto que nos encantó fue Green Tangerine, de comida francesa.
Lo único malo de la zona es que caminar por ella se hace difícil, por que los puestos callejeros y las motos impiden que se pueda ir por las aceras y hay que caminar por la carretera esquivando motos y bicis.
Aquí os dejo un vídeo de un cruce en el Barrio Antiguo
Nota: Nosotros viajamos desde Hanoi hasta Luang Prabang. Si quieres ver las opciones de transporte que hay, puedes consultar la entrada: cómo ir de Hanoi a Luang Prabang.
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2 Comments
Yo adoro viajar. I love travelling!
No conocía tu blog y me ha encantado… Como yo también quiero ver mundo y además adoro viajar, te leeré más a menudo.
Un abrazo,
Trini
http://yoadoroviajar.blogspot.com
VALERIA
Gracias Trini. Yo acabo de descubrir tu blog también y está muy chulo. Seguiré vuestras andanzas familiares por el mundo. Saludos