De regreso de Suiza al aeropuerto de Malpensa en Milán para tomar un vuelo a Madrid, hicimos parada en el Lago de Orta. Nos sobraba algo de tiempo y como ya habíamos estado en el Lago Maggiore de ida hacia Suiza, decidimos hacer una visita y comer en Orta de San Giulio, un pueblo de lo más agradable a orillas del lago.
El Lago de Orta se encuentra a 70 km de Milán, al noroeste de Italia, en la región del Piamonte, rodeado de montañas. Tiene una longitud de 15 km por un ancho de 2’5 km. De los lagos del norte de Italia es el menos conocido y el menos frecuentado por turistas, lo que hace que los precios de hoteles y el billete del barco a la isla de San Giulio sean más económicos que en los otros lagos.Nos dirigimos a Orta San Giulio, una de las principales localidades del Lago, ubicada en el centro del lago. Orta San Giulio, fue refugio de escritores como Nietzsche o Balzac y aún conserva un aire medieval. Fue construida en las laderas de una colina empinada; el Sacro Monte di San Francesco, del S-XVI declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y compuesto por 20 capillas construidas entre el siglo XVI y XVII.
Dejamos el coche en un aparcamiento a la entrada del pueblo y caminamos hasta la Piazza Mario Motta donde se pueden admirar los frescos del Palazzotto della Comunita, del siglo XVI. De la Piazza Motta también salen los ferrys a la isla de enfrente; Isola di San Giulio. En la isla se encuentra un monasterio de monjas benedictinas y Villas con jardines. Comimos muy bien en un restaurante de una de las callejuelas de Orta San Giulio y terminamos la visita con un paseo por los alrededores de Villas y Palazzos que hay en Orta de San Giulio.
Cerca de Orta San Giulio merece la pena una visita a la Villa Nigra, en Miasino, un ejemplo de residencia aristocrática italiana, construido en los siglos XVI y XVII. Desde el año 2004 es propiedad municipal y lugar de exposiciones, conciertos y donde se celebra el Festival de Jazz de Miasino, en agosto.