En el viaje de vuelta a Madrid desde Braganza y Puebla de Sanabria hicimos noche en Benavente para visitar al día siguiente el Monasterio de Moreruela y las lagunas de Villafáfila.
El Monasterio de Santa María de Moreruela, construido en el siglo XII, se ubica en la provincia de Zamora, a 29 km de Benavente y es uno de los monasterios más poderosos e influyentes del Cister hispano, cuyo dominio llegó hasta las tierras portuguesas de Braganza.
Se accede a él por la CN 630 que une Benavente con Zamora. Nada más pasar el pueblo Granja de Moreruela hay que tomar una carretera asfaltada (viene una indicación) y a 3 km está el Monasterio, o más bien, lo que queda de él.
Desde 1885, año en el que fueron expulsados los monjes, el Monasterio se fue desmantelando, siendo declarado Monumento Histórico Artístico en 1931 y adquirido por la Junta de Castilla y León en 1994.
Se puede visitar todos los días del año menos los lunes y martes. El ticket es gratuito (hay que dejar la voluntad) y se saca en un claustro nuevo adosado al monasterio, en la parte oeste. Allí nos dieron un folleto explicativo del Monasterio. Agradecimos que nos dejaron que pasara el perro, siempre y cuando no molestara a la gente, cosa, que evidentemente tuvimos en cuenta.
Visitar las ruinas del Monasterio un día de niebla durante el mes de noviembre le dio cierto encanto al lugar, pero en cambio la niebla no nos benefició lo más mínimo para observar las aves de las lagunas de Villafáfila. Tampoco acertamos con la época, porque aunque a partir de noviembre que llegan a las lagunas las aves del norte de Europa en busca de inviernos menos fríos, apenas estaba haciendo frio para que las aves tuviesen que emigrar a Villafáfila. Tan solo se habían venido unos pocos gansos que pudieron verse el día anterior a nuestra visita. Con todo ello, pudimos ver un montón de aves desde los observatorios del Centro de Interpretación El Palomar.
Después de la visita al museo del Centro de Interpretación y a la laguna de El Palomar, mientras esperábamos que la niebla se disipase y llegase el atardecer, hora donde se pueden ver más aves, recorrimos los caminos que unen a las poblaciones de Villafáfila, Villalpando, Villarrín y Otero de Sariegos, donde se encuentran las Lagunas y varios Observatorios. También nos encontramos con algunas ruinas romanas.
La Reserva Natural de Villafáfila alberga la mayor densidad de avutardas del mundo, siendo esta especie poco amiga de la presencia humana por lo que recomiendan que se observen a gran distancia con prismáticos. No vimos ni una, suerte que vimos volar cerca de nosotros un águila real, unos cuantos ansar y varios petirrojos, entre otros.
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