Antes de visitar Montreux por primera vez, tenía la idea que era un tipo Mónaco con casinos, donde vivían los ricachones de mediana edad y se celebraba uno de los festivales de jazz más famosos del mundo. No estaba del todo equivocada, pero me sorprendió gratamente el sitio en el que se ubica, rodeado de montañas a orillas del Lago Leman.
La manera más fácil de llegar es coger un vuelo a Ginebra. Nosotros viajamos con una oferta de easyjet, alquilamos un coche en el aeropuerto y creo recordar que tardamos sobre 1 hora. Me maravilla lo bien indicado y organizado que está todo en Suiza, sería bastante improbable que aún iendo sin mapa os perdieseis por el camino.
Una de las visitas que se pueden hacer en Montreaux y que recomendamos es el Castillo de Chillon, ubicado a orillas del lago y muy bien conservado.
Realmente no hay mucho más que hacer en Montreaux; Aparte de ir a ver el Castillo de Chillon, se puede dar un paseo por el lago en viejo barco de vapor, disfrutar de la gastronomía, de su tranquilidad y de su entorno. Cerca se encuentra un sitio muy famoso llamado Rochers-De-Naye (también conocido como el paraiso de la marmota) al que se puede acceder en funicular y tren panorámico.
Y mientras escribía el post, me he acordado de una canción que cuenta la historia que ocurrió en Montreaux en 1971 cuando en un concierto de Frank Zappa uno de sus fans lanzó una bengala y quemó el Casino. Aquí os dejo un video donde podéis escucharla.